Salí por la puerta con la idea de no volver jamás. Escapé de esa cárcel mental con el objetivo de no volverlo a pensar nunca más. En momentos creí con firmeza que nunca saldría el sol para mí, que había caído en un bucle infinito del cual no podría librarme. En momentos, como digo, perdí la esperanza y con ella las fuerzas. Y por inercia pasaban los días, horas y minutos... Y nada cambiaba. Siempre pensaba ''Llegará el día en el que me levante y me lo proponga, no habrá vuelta atrás.'' Ese día no llegaba nunca, no llegaba nunca porque estaba retrasando un momento que no debía empezar en el mañana, si no en el hoy.
Excelente entrada, mejor reflexión. Es el ahora o nunca de una vida que a veces se encapricha en atascarnos
ResponderEliminarY en hacernos de obstáculo.
EliminarUn beso y gracias por dedicarme tiempo! ♥
Yo me quedo con que hablas en un tiempo pasado, es decir, no te veías capaz pero lo has hecho... La resiliencia mueve el mundo (o al menos a las personas).
ResponderEliminarUn saludo.
Así es, y la fe.
EliminarFe en nosotros mismos.
Un saludo fuerte!
Hay decisiones que no deben esperar...
ResponderEliminarUn beso decidido.
Cierto.
ResponderEliminarOtro para tí.
Muchas gracias por tu visita tan amable.
ResponderEliminarMuy grato conocer tu interesante blog.
Vivir el presente es muy importante.
Un abrazo . Felices días .
Bienvenida! Y gracias igual por tu tiempo.
EliminarAsí es, el pasado nunca regresa.
Un abrazo para tí también ♥
Te vengo a visitar y me encuentro con mucha delicadeza.
ResponderEliminar:) Volveré.
Un abrazo.
Muchas gracias!
EliminarEstás invitada a volver ♥
Otro para tí.
lo bueno es saber las cosas, pensarlas, de ahí en mas vienen las soluciones... besos!
ResponderEliminarPero pensarlas conscientemente, no todas las decisiones premeditadas que tomamos son buenas o correctas.
EliminarUn beso!