Victoria

Hace tiempo que no paso por aquí. Hace tiempo que no me detengo a escribir lo que siento y he sentido este último tiempo -y no ha sido poco-.

Siento que he roto el muro, he roto el muro con el que llevaba peleando 7 largos años de mi vida, recuerdo perfectamente cuando empecé a pelearlo y en qué circunstancias. Y se rompió.
Lo tiré abajo.

Pero aunque me reafirme en mis logros, mentiría si dijese que ha sido fácil. No ha sido nada fácil. Y no porque no haya intentado destruirlo con fuerzas, sino porque estaba intentando destruirlo de manera equivocada. No era la fuerza, era la estrategia, la maña. Y cambiar de táctica ha supuesto grandes costes, ha supuesto la toma de decisiones duras, la pérdida en el presente para ganar en un futuro. No tenía otra opción. Estaba harta de hacer como que no me sucedía nada, como que todo dentro de mí estaba bien... Sentirme incapaz de afrontar un miedo, que éste decidía por mí en cada paso que daba. Estaba harta de sumergirme en un placebo temporal que me auto-engañaba constantemente. Esa persona no era yo. 

Una mujer presa de los cánones de la sociedad, que recuerda con cariño el pasado... Aquellos días donde nada de lo que ocurriera fuera importaba. Quiero volver a ser esa mujer. Esa mujer que no se sugestiona por opiniones diversas, esa mujer segura de sí y de sus decisiones. Esa mujer que disfrutaba de sus ratitos de soledad porque ahí se sentía en paz. 

He dado un salto al abismo, y aquí sigo. 

Hoy me siento más yo que ayer. 

Hoy estoy perdiendo los miedos para convertirme en una mujer fuerte.

Hoy estoy mostrando mis debilidades sin miedo porque nadie tiene el poder de dañarme.

Hoy estoy más cerca de convertirme en la mujer que siempre quise ser.