Karma

Retornaría.

En el fondo sabía que volvería a mí.

Y si en esta vida no aprendiese a valorar, a perdonar, a aceptar... podría aprenderlo en la siguiente. Sin embargo, debía poder todas mis buenas energías e intenciones en vivir lo más intensamente posible. Y aunque la desgracia, el rechazo, o la mala suerte acecharan mis días, debería recordar que no somos aquello que nos pasa, sino como gestionamos lo que nos pasa. Quería plantar una semilla y regarla a diario, quería que el tiempo siempre estuviera a favor de ella y así pudiera florecer... Pero la vida también comprende situaciones inesperadas no favorables y, ahí es justo cuando deseaba con todas mis fuerzas que mi semilla sobreviviese. Entendí, que aunque un vendaval azotara mi semilla, ella podría volver a resurgir y componer en conjunto el ciclo de la vida.

 Nadie arrancó la semilla, aun estaba ahí preparada para brotar.

Nadie arrancó mi alma, aun estaba ahí preparada para valorar, perdonar, aceptar...