Aprendizaje forzoso

 Ha pasado el tiempo. 

Otro año más se va pero éste me ha marcado particularmente. 

Pensaba que había sido el año más catastrófico desde que recuerdo, o de los que más... Y así ha sido, pero también el año que más cambié. 

He aprendido a ser mi primera opción.

Y no lo típico que se dice: ''Sino te quieres tú nadie más lo hará'', sino aprender a valorar mis mejores virtudes y manifestar lo positivo de mí mientras que intento ser mejor cada día. 

La perfección no es para mí, ni para nadie en realidad.

He aprendido que la atención, la admiración y el respeto se trabajan cada día y que jamás se le puede imponer a alguien que lo sienta por ti. Cada uno es infinito en su persona e idealizar a los demás sólo trae sufrimientos y decepciones que tardan en cicatrizar. 

He aprendido que la vida son etapas y todo es temporal... No sólo las personas, también las circunstancias. He aprendido a aprovechar el momento, el ahora, porque nunca se sabe cuando habrá que decir adiós, o cuando dejaremos de estar viviendo una situación concreta.

He aprendido a luchar por quién uno quiere, y a dejar de luchar cuando a uno no lo quieren.

He aprendido a enfocarme en lo importante y olvidarme del ruido.

He aprendido a agradecer diariamente por lo que me hace sonreír.

He aprendido que el tiempo todo lo cura y que si dolió más de lo que me hizo feliz sólo mereció la pena por todo lo que me enseñó. 

He aprendido a valorar mi tiempo y el de los demás.

He aprendido a decir que no cuando sentía que no me apetecía y a irme cuando sentía que no estaba en un lugar donde me sintiera cómoda y realmente quisiera estar.

He aprendido a protegerme y a proteger mis sentimientos sin convertirme en frialdad.

Pero sobre todo,

Y más importante,

He aprendido a convivir conmigo misma, en soledad... A saber lo que quiero pero más que nada lo que no quiero ni querré más para mí. 

Por tanto, gracias este año que me vio llorar igual que sonreír.

Feliz año 2023 y bendiciones para todos. ♥