Y realmente tengo todo lo que podría desear; amor, una tranquilidad económica y una familia que amo.
Abriendo mi pecho en canal, vivo alerta 24/7.
El muro contra el que choco lo conozco, no es la primera vez que reparo en el pero han pasado los años y sigo sin saber como saltarlo, sin saber como sortearlo.
¿Se puede ser feliz viviendo con miedo?¿Hundida en el pesimismo?
La respuesta también la conozco pero no quiero admitir que soy la única que puede ponerle fin a este estado de ansiedad que me presiona el corazón.
Empecé a escribir cuando tenía 12 años y entonces escribía sobre banalidades que ni yo misma entendía, ahora tengo más del doble y sigo en esta travesía del conocerse a una misma.
Incluso sigo tropezando con las mismas piedras del pasado.
Aún me cuesta asumir que la perfección radica en las mentes humanas y que el concepto como tal es inexistente, que la única que se juzga con dureza soy yo misma, quién no entiende que el tiempo no disfrutado es tiempo perdido.
Hace tiempo que ni escribo porque no tengo grandes cosas que decir, pero aquí estoy de nuevo escribiendo esto por mí, por dejar aquí un pensamiento recurrente y descansar por un instante de sobrepensar.
Quizá solo necesito aprender a valorar.
Quizá para eso se ha de sufrir.