❤️🩹
Supongo que en en algún recodo de mí sé que ha sido culpa mía.
Ha sido culpa mía por pensar que poner límites era coartar nuestro vínculo.
Por buscar siempre la felicidad en corazones ajenos
prescindiendo siempre del mío.
Admito que a veces ni siquiera me apetecía, ni siquiera estaba cómoda.
Admito que a veces ni siquiera quería estar, ni siquiera merecía la pena.
Nuestra amistad, así como tantas cosas nunca fue equitativa,
y ahora mi corazón,
conoce una paz que no había sentido mientras tú estabas.
O más bien -mientras yo creía que estabas.-
Cuanto duele la decepción.
(Ésto último también es culpa mía.)
-El que no espera, no se decepciona.-
¿Y no es humano generar expectiativas?
Muy humano, más aún cuando nos lleva un sentimiento y esperamos del otro lo que nos gustaría nos dieran, pero todo hay que vivirlo para aprenderlo.
ResponderEliminarBesos dulces Isa y dulce verano.
Es tan complicado congeniar con alguien en todos los aspectos decisivos... Ahí va la lucha mientras que la balanza sea favorable.
EliminarUn beso muy fuerte! ♥
Bueno, nada es equitativo, y la igualdad es una quimera. Siempre hay una parte que da más que otra. O menos, según se mire.
ResponderEliminarLo común no es una equidad permanente, pero sí una reciprocidad mútua.
EliminarA lo largo de la vida pasamos muchas veces por esta situación. Acabamos desconociéndonos con personas que creíamos importantes. Vamos creciendo, madurando y llega un momento en el que te das cuenta de lo descompensada que está la balanza. Pero como bien dices es culpa de uno mismo llegar a sentirse decepcionado. Ponemos a personas en lugares que no les corresponde y que les quedan grandes... tendríamos que tener un poco más de atino para no equivocarnos tanto.
ResponderEliminarBesos.
Así creo que es parte de la vida, el dejar ir y soltar es imprescindible para progresar y a veces nos encontramos en un punto realmente distintos a la persona que nos empeñamos en mantener.
EliminarUn saludo y besos ♥